La vida se puede estancar en cualquier momento y nos puede parecer imposible de llevarla.
Hay momentos en que la fe y el tesón nos abandonan y la duda nos da con ímpetu y nuestra mirada en el mañana se torna vacía y vacilante, a pesar de que el sol sigue brillando con todo su esplendor y fulgor...
La desesperanza y el pesimismo nos acogen y el temor se apodera de nuestro interior y así nos metemos por voluntad propia en un laberinto o callejón sin salida.
Buscamos en nuestro interior las razones y los porqués y nos abrumamos por dentro como si estuviéramos realmente solos y no nos acordamos que el Señor es quien pelea nuestras batallas y que no es como nosotros pensamos y hasta a veces creemos que sucederán las cosas.
Luego nos damos cuenta que era una falsa imaginación y una vana ilusión. Dios vuelve a poner la paz otra vez en nuestra agitada mente.
Por eso la biblia dice: Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Proverbio 3:5-7
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