lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?


 Estar de acuerdo es la  mejor de las actitudes para unas relaciones sanas y divertidas.
Se necesita en el templo, en el hogar,  en el trabajo, en el parque, y en todo lugar. Significa paz...


Pero, ¿que se necesita para estar de acuerdo con alguien?
¿es posible estar de acuerdo con alguien en todo?


La comprensión y el consenso requieren de unos ingredientes que se encuentran más allá de los intereses  y caprichos personales. La Palabra de Dios enseña  en Amós 3:3 que dos no pueden andar juntos si no estuvieren de acuerdo. 
A los seres humanos  nos resulta difícil ponernos de acuerdo con nuestros semejantes por los intereses y maneras de ver las cosas que cada  uno tiene, pero necesitamos ponernos de acuerdo en todo y con todos. Los desacuerdos solo traen enemistad entre compañeros, amigos y familiares  y en esa situación el único que sale ganando es el acusador. Entonces qué hacer para pasar de la teoría a la práctica?


¿Quién gana el pleito?
¿El que discute más?
¿Quien habla más duro?
¿El que grita más?


Se debe mediar entre las partes involucradas  para que el conflicto cese y ponerse de acuerdo mutuamente sin reservas, a fin de que el enemigo (el diablo) no gane ventaja  ninguna.  


El perdón es la base para el consenso y el mutuo acuerdo. Pablo dice: al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.  1 Corintios 2:10-11




Reconocer el derecho que tiene el otro y ceder el nuestro antes que la cosa se enrede más y se vuelva peor para los involucrados, que después serán los afectados.


 El Señor Jesucristo recomienda: Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. Mateo 5:25-26

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