Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van.
José Caballeros.
El tiempo de hoy es más que tentador para que los que no saben de dónde vienen ni a dónde van se rindan y aparezcan varados en cualquier rincón del planeta...
Si no fuera por las promesas de Dios, que nunca miente, nuestra esperanza de vida hubiera fenecido como ha ocurrido con los miles de ilusos conciudadanos y habitantes del planeta, que después que han oído y no han recibido las miles de promesas hechas por los hombres de ciencia, políticos y estadistas, hoy no encuentran en quién creer y están al borde del colapso espiritual, moral, económico y social...Perdieron las esperanzas de vivir.
Pero, a pesar de los problemas que enfrentamos en este mundo que agoniza y muere lentamente, podemos levantar la mirada con la misma actitud de confianza, esperanza y fe del salmista en uno de los salmos: Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
Salmo 121:1-2
Salmo 121:1-2
Hoy más que nunca... más que nunca necesitamos poner una mirada de fe en las fieles y verdaderas promesas de Jehová Jireh, el Adonai, quien ha prometido y ha cumplido todo lo que sus labios y mente han pensado sobre nosotros. Dios sabe muy bien las cosas que tiene en mente para cada
uno de los que en todas partes del mundo le invocan y han puesto su fe en las más de 8000 promesas que hay en su Palabra.
He aquí una de esas promesas que nos hacen volver a la vida, nos reaniman y confortan, a pesar de los desastres, tsunamis y calamidades, pues vienen del Dios misericordioso y bondadoso: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías 29:11-13.
Mi amado hermano y amigo que meditas en estas palabras que Dios me ha dado para que comparta contigo. Tú que crees al igual que yo en que Dios tiene control y dominio de todo lo que hoy día está ocurriendo en el mundo entero. A pesar de los problemas y dificultades por las que pasamos hoy:
¿ Puedes tú decir desde tus adentros que Dios sigue siendo bueno contigo?, que él ha sido bueno para ti. Dilo no importa como te sientas te aseguro que después de decirlo te sentirás mejor si lo dices con fe y que salga de tu necesitado corazón. Tú puedes... sigue bendecido. Amén
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