Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, Filipense 3:7-8.
La vida es un negocio donde se pierde y se gana. En este asunto se nos gastará y se nos irá la vida día tras día.
No importa, a estas altura de juego lo mucho o lo poco que hayas perdido. Con la ayuda y la asistencia de Dios lo podemos recuperar.
Dios es fiel en sus promesas y por su gracia seguiremos adelante contra viento y marea...y pesar de las adversas circunstancias por las que atravesemos. Dios no se muda ni cambia de lugar.
AL igual que Pablo debemos de perder y deshacernos de todas aquella cosas que nos roban el gozo y nos quitan la paz interior. Limpiemos el closet de los malos recuerdos y sigamos con paciencia la carrera que tenemos,por delante, la cual puede ser corta o larga, pero lo único que será seguro es que tendremos que mantenernos con fuerzas para poder resistir hasta el tramo final... Sanemos nuestro interior de todas las cosas malas que nos asedian y al igual que Pablo botemos todo aquello que no sirve y que daña a otros y aún a nosotros mismos. Con Cristo podemos hoy, mañana y siempre.
Lo primero que tenemos que hacer es monitorear la obras de la carne que nos estén dominando y dejar fluir el Espíritu Santo, quien es el que tiene la Santa Misión de conducirnos a toda verdad. No piense mi hermano que usted no puede. ¡Claro! que puedes, el Señor ha prometido estar con nosotros todos los días... Gracias Señor por tu agradable, reconfortante, protectora y gratísima presencia. Contigo a nuestro lado no hay nada que temer...